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LITERATURA CONTEMPORÁNEA

CONFUSION DE SENTIMIENTOS: APUNTES PERSONALES DEL CONSEJERO PRIVA DO R.V.D.

STEFAN ZWEIG

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8,7

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Sinopsis de CONFUSION DE SENTIMIENTOS: APUNTES PERSONALES DEL CONSEJERO PRIVA DO R.V.D.

Roland, un joven estudiante, está a punto de abandonar los estudios cuando su padre decide enviarlo a la universidad de una pequeña ciudad de provincias. Allí, un brillante profesor despierta en él una nueva pasión: el amor al saber.Deslumbrado, el joven se acercaal maestro y le propone ayudarlo a concluir la gran obra de su vida. El profesor acepta el ofrecimiento, pero pocas veces manifiesta la gratitud que el discípulo ansía y en ocasiones incluso lo trata con una distancia que lo atormenta.Tan devoto como inseguro, Roland se pregunta por qué no es digno del interés de una persona tan maravillosa como el admirado maestro, ¿tan despreciable lo considera? La respuesta, sin embargo, es mucho más compleja y desconcertantede lo que podía sospechar, y sólo en el otoño de su vida, cuando él mismo se ha convertido en un respetado profesor, es capaz de evocar unos hechos que, ahora lo sabe, marcaron su vida más que todos los honores o los éxitos profesionales.

12 reseñas sobre el libro CONFUSION DE SENTIMIENTOS: APUNTES PERSONALES DEL CONSEJERO PRIVA DO R.V.D.

Roland, nos cuentos en retrospectiva, luego de recibir un regalo de parte de sus alumnos y colegas de la facultad, la relación que lo marcó profundamente y lo convirtió en quién es hoy. Un relato profundo, descarnado, narrado con maestría y elegancia. Son muy pocos los libros que me estremecen...este es uno de ellos. Al final no solo se me erizó la piel de los brazos sino que también se me llenaron los ojos de lágrimas. ¡¡¡Qué majestuosidad!!! ¡qué manera de narrar!¡ qué maravilla este autor! Cómo lo que uno calla genera confusiones. Como uno se arma historias en su cabeza que no son ciertas. Cómo nos retroalimentamos en nuestra confusión, como dejamos que los miedos y las inseguridades se apropien de nosotros, y nos lleven a cometer actos que luego nos lamentamos y por si esto fuera poco luego nos sentimos desolados y nos fustigamos por lo que hicimos pero también por lo que no pudimos o supimos hacer. Una historia maravillosa, conmovedora y en parte dolorosa que no te dejará indiferente.


A veces, uno en la vida no encuentra un rumbo fijo, entonces hay como una especie de descontrol. Pasa mucho más al comienzo de una carrera, cuando tus padres dejan de guiarte y estás ahí, sin saber cómo caminar, sin la mano que te sostenía. Roland con todo esto y casi al punto del abandono cambia de universidad  obligado por su padre, y se establece en una nueva ciudad, dejando su vida de placeres momentáneos. Y pasa algo, ese algo que hace click y cambia el sentido de esa vida llena de descontrol, en la que la esperanza quizás, estaba un poco perdida ya. Sin planes a futuro entra a esa aula casi como equivocación y se encuentra con un deslumbrante profesor que impartía su clase, sin querer interrumpir, la escucha. Entre una ayuda mutua a guiarse, entre comienzos y conclusiones de algunas pausas, este alumno y profesor empiezan a forjar un lazo muy unido, de esos que se entienden perfectamente, llenos de devoción, admiración y pasión. Porque eso es lo que tiene esta corta novela, muchísima pasión, por la literatura, por Shakespeare, y la pasión de Zweig para contarnos algo. Un alumno que hace todo para complacer a su profesor, y que este profesor es de aquellos que trasmiten todo un universo con sus palabras, quienes en su mágica voz llevan a ansiar querer estudiar y leer cuantos libros sean puestos, donde las próximas clases son esperadas con ilusiones y aspiran a querer ser mejores o quizás, ser un poco más como ellos, en la que son un deleite para los oídos, por quienes uno busca un significado en la vida. Y quienes quedan grabados a fuego, en los recuerdos. Al principio, la historia es un poco densa, como si no prometiese nada. Unos párrafos más abajo comienzan el cariño, para finalmente llegar a las lágrimas y el amor. Este libro es impresionante, sensible y bellísimo. Zweig además de fino y delicado es como ese profesor: brillante, atrayente, único y apasionado.   🚨Si te gustó esta reseña, el like en el corazón de arriba a la derecha o en ambos. MUCHAS GRACIAS ♥️♥️♥️😊


Esto es una novela corta, pero parece poesía. Cada frase, cada palabra, cada coma o párrafo parece sacado de un poema y convertido en relato. El libro es una breve novela que tiene uno que ir con pies de plomo para no hacer spoiler reseñándola, puesto que no será hasta finalizando el relato que, aun a sabiendas que el lector ya intuye aquello que Zweig quiere transmitir, no se descubrirá el sentido del libro. Sorprende que este libro con una siempre tan conservadora Alemania pudiera ser editado en 1927, con el impacto que debió tener en algunos sectores sociales. En esta breve novela se nos relata en primera persona la vida estudiantil de un profesor que en su sesenta cumpleaños rememora sus inicios de estudiante universitario. Roland, nuestro relator, hijo de buena familia, comienza su vida de universitario en Berlín, pero más que estudiar pasa los días como un joven alocado en fiestas, alcohol y jolgorios en exceso, hasta que finalmente su padre decide enviarle a otra universidad en una pequeña ciudad alemana. Allí tendrá como mentor a su profesor de filología inglesa que le inculcará el amor y la pasión por el estudio, algo de lo que siempre había carecido. A partir de aquí la fascinación de Roland hacía su profesor irá in crescendo por todo el aporte intelectual y de la vida que le transmite su mentor. Un profesor algo misterioso del que poco se sabe de su vida personal, salvo que está casado. La confusión de los sentimientos está presente en todo momento durante la narración, haciendo del final un estallido que aunque no del todo sorprendente, emociona por sus protagonistas. Una novela fascinante, sobre todo por la época en que fue escrita. Zweig no escribía ni con la cabeza ni con el corazón, escribía con el alma.


Definitivamente, me declaro adicta a S. Zweig. De todos los relatos que he leído ( hasta ahora, 4) éste es el más intenso, elegante, delicado. La destreza narrativa d Zweig y su buen conocimiento de las emociones las traslada a este relato en donde un estudiante universitario se siente fascinado, atrapado ,ante la retórica y la elocuencia de un profesor. Es tal el impacto en él que despertará una motivación y un ansia de conocimiento antes desconocidos. Sus relaciones se estrechan de tal modo que hay una mutua dependencia y al final se descubrirá toda una vida de furtividad, contención y sufrimiento emocional. Todo el relato es una excepcional descripción de sentimientos, miedos y arrebatos emocionales que se adhieren al lector y las vives del mismo modo que los protagonistas . Hay tal desfile de emociones continuadas que el relato me dejó exhausta y ,como siempre, inundada de esa satisfacción que sientes cuando has disfrutado de principio a fin con la lectura.


Como ya le llevo dieciséis obras leídas a este señor, tengo problemas para decir algo distinto a lo que he intentado decir siempre. Porque esta Confusión de los sentimientos, otra vez es una demostración genial de una prosa exquisita y elegante, de la maestría en la caracterización profunda de los personajes, del arte de retratar vidas aunque muchas veces tristes. Todo eso, ya repetido muchas veces, no por repetido deja de tener validez en esta obra. Aquí nos encontramos con un joven perdido en una de esas crisis más difíciles: la de no saber qué hacer con la vida, la que lleva a una mortal apatía y a pasar de todo. Pero este muchacho conoce a un profesor que le ilumina el camino y le transmite una pasión: la del amor al saber. De alumno y profesor a discípulo y maestro. Una relación que será compleja y turbulenta. Pero Roland, que así se llama nuestro muchacho, muchos años después, también él profesor y a la hora de los balances, hace el viaje de vuelta y reconoce en aquella relación lejana lo que marcó su vida. Aquella que más que conocimientos le enseñó de sentimientos. Había pasado por alto esta obra del maestro, tal vez por su largo y poco atractivo título. Pero luego de leerlo, queda claro que el título es muy certero.


Ya me siento como si Zweig fuera un amigo del que debo criticar su trabajo y me cuesta ser imparcial. Estoy embobada con su delicadeza, con la destreza que tiene con la palabra. Es puro sentimiento. Es maravilla. El manejo de la psicología de un personaje, el exponer sus emociones, el trasmitirlo, es para Zweig "pan comido". Creo que siempre se sintió cómodo con su trabajo, creo ( o me gusta creerlo) que se supo buen escritor, cual esgrimista con su espada lleno de habilidades extremas que sabe que su contrincante va a caer. Soy su contrincante, siempre me atraviesa su espada. Ya lo dije: soy Zwei-gana. La culpa y los secretos, la pasión (en todos sus matices) hilvanada con presición hasta su desenlace, tema complejo, más aún en la época en la que fue escrito, que demuestra la auténtica valentía del escritor. Fotografías de vidas, radiografías de personas, desnudez total. Magia... Me gusta reseñar sobre lo que siento, (para sinopsis vaya a la contraportada que se lo dirá mejor que yo, aunque haré un pequeño intento) y esto es lo que sucede cuando leo al austríaco: me inunda un sentimiento de satisfacción tan grande. Mis emociones se suben a toda velocidad en un recorrido que sólo él dirige, que sólo Zweig dice cuando va a parar, si es que para, y me lleva al límite de la dicha de una buena lectura. Un joven que andaba despilfarrando la vida, lo logra revertir a través de la admiración que le hizo sentir su profesor, quién le inculcó el conocimiento y el amor por el saber. A su vez este profesor vive pasiones turbulentas y esconde un secreto (lo intenté). No me defrauda, leeré toda su obra. La mejor aguja tejiendo historias, me declaro (también) la araña feliz encerrada en su red.


Solo llevo dos libros leídos de ZWEIG: Una Partida De Ajedrez y éste que intento reseñar. Nadie como él para describir el alma humana con su prosa exquisita y llevarnos a los límites que llegan los personajes en sus emociones. Un joven universitario llega a una austera universidad donde conoce al profesor de inglés con él que estrecha una gran amistad y que le marcará toda su vida. Entre profesor y alumno hay una relación ambigua de admiración, amor, odio de la que los dos saldrán dañados. Otro personaje a destacar es la mujer del profesor que está en un segundo plano, pero no. Bastante valiente ZWEIG a tratar este tema sabiendo en que época está escrito. Ya solo me queda esperar que me llegue "La impaciencia del amor" recomendado por un amigo de alibrate.


Otra magnífica obra de Zweig, siempre que veo su nombre en el libro que voy a empezar es garantía de deleite. Obra corta y concisa, que como siempre transmite ese amor a los libros aunque sea de forma sutil. Sinceramente ya perdí la cuenta de cuantos libros suyos perdí, espero que aún hayan unos cuantos que me sorprendan y me den esa calidad de prosa y conocimiento amalgamadas.


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Pero,acostumbrado a leer en su rostro como en un libro abierto ,de una cosa estaba seguro:aquel día un dios clemente le habia alisado las grietas y arrugas de su corazon.


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