Las leyendas autóctonas hablaban de luchas entre los dioses; los geólogos, simplemente, de erupciones volcánicas. Fuera lo que fuera, muchos turistas continuaban viajando a Hawai, atraídos por lo desconocido, para, entre otras cosas, contemplar los paradisíacos paisajes. Pero algunos de ellos iban a descubrir en propia carne la aterradora verdad que se ocultaba tras las leyendas.