Sinopsis de LOS VIENTOS

Un hombre viejo sale de su casa para protestar por el cierre de los últimos cines de una Madrid del futuro. Se trata de un cambio más de una cadena que él vive como decadencia. Un mundo peor. El cuerpo le falla, de la memoria al intestino. Cuando quiere volver no recuerda dónde queda su casa y durante esas horas recorre la ciudad y pasa revista a su vida, critica las novedades en el arte y la literatura, se burla del vegetarianismo. En este cuento cuya repercusión aumentó cuando Mario Vargas Llosa finalizó su última relación el personaje lamenta haber dejado a Carmencita, la compañera de toda su vida, por "un enamoramiento de la pichula, no del corazón". "Los vientos" muestra a un Vargas Llosa pleno, crítico, agudo, mordaz. El Premio Nobel que se ganó a millones de lectores todavía tiene mucho para decir.

10 reseñas sobre el libro LOS VIENTOS

Miren, a mi Vargas Llosa me cae como la reverendisíma mona😒. Yo creo que es un viejo antipático que cada vez que abre la boca, deja que se le escape un poco el retrogrado que lleva dentro😒. Asi que si le pongo un 5 , no es precisamente por cariño sino porque no puedo evitarlo. Este librito es una pequeña genialidad! Por qué? Pues porque hace básicamente lo mismo que Amaranta de "Cien años de Soledad": teje su propia mortaja! En esta pequeña novela de no mas de 50 páginas, el tipo describe lo que él cree que será su ocaso. Y no lo hace con remilgos ni con mucha pompa. Todo lo contrario. No deja nunca de sincerarse, de arrepentirse y de exponer la decadencia de la vejez. Y sí, seguro que escucharon hablar de " los vientos" por todo el puterío que se armó debido a su separación de Isabel Presley, ya que es aquí, donde el protagonista se arrepiente de haber dejado a su mujer de toda la vida, por " un antojo de la pichula". Incluso hay un palito para el Gabo😅. PEEEEROOO... si van buscando el chisme jugoso, se van a decepcionar, porque apenas es una línea. Eso no es lo importante ni lo mejor del libro. Lo que hace que " los vientos" sea una pequeña joya ( en mi opinión, infravalorada), es la manera rotundamente magistral con que Vargas Llosa transmite lo que se siente ser obsoleto. El tipo no encaja en este tiempo, no encuentra su lugar en el mundo y no puede dejar de mirar hacia atras añorando todo lo que fue y ya no es. De que se trata? Pues de un viejo que un día se va a una manifestación por el cierre de un cine en Madrid y cuando quiere volver...CHAN...se percata de que no se acuerda de su dirección😖 (no me va a gustar llegar a ese momento😩). No hay con que darle. Les puede caer mal el escritor, pero no hay manera de negar que lo que hizo en esta oportunidad es magistral: describir sin maquillaje pero con belleza, la crudeza, la mierda y la pena que conlleva la decrepitud. P.d: Si son de los que no pueden disfrutar de un libro, cuando el protagonista es detestable y no coincide con lo que ustedes piensan...sigan de largo😅. El ancianito es lo que amablemente llamamos un "viejo de mierda". Pero, por lo menos a mi, no deja de maravillarme que Vargas Llosa logre hacerme sentir empatía a pesar de lo asqueroso que era el viejo. Solo un buen escritor puede nadar en contra de los gustos de un lector y llegar airosamente a la otra orilla.


No tengo remedio. Debo ser de los pocos cascarrabias capaces de encontrar dos redundancias seguidas al mismísimo Vargas Llosa. Dejando al lado al Mario de su pichula enamorada y otras sandeces, lo cierto es que este antipático peruano escribe casi, de manual. En un breve relato el autor nos conduce por las devastadoras consecuencias que sufre el ser humano cuando la edad se impone a mente, cuerpo y voluntad. Nuestro protagonista, tras acudir a una protesta por el cierre de un cine sufre un lapsus de memoria no siendo capaz de recordar el nombre de su calle ni como llegar hasta ella. Mientras trata de orientarse, también su cuerpo empieza a fallar, en especial sus intestinos soltando esos involuntarios vientos aludidos en el título y que a veces son traicioneros llegando acompañados de algo más. Sucio, perdido y cansado este anciano sin embargo hace alarde de una mente prodigiosa haciendo crítica a una nueva forma de ejercer arte y literatura un tanto futurista, pero no muy alejada de nuestros días. Un mundo donde la gente ha dejado de ir a los museos y donde los libros los escribe una realidad virtual al gusto de cada consumidor y una sociedad que ha perdido absolutamente el norte ante los "avances" tecnológicos y la incultura que genera su uso desmedido. Con maestría, el Nobel regresa a la realidad más acuciante de nuestro anciano que por un lado nos conmueve y por otro provoca cierto pavor ante su soledad y los desajustes que provocan la acumulación de años en cuerpos que fallarán constantemente avisando, que pronto dejarán de funcionar. Sorprendente obrita de un señor al que como a tantos, se le escapan los pedos, pero que sigue manteniendo una mente prodigiosa.


Un canto a la decadencia de la vejez, en un librito cortito pero denso en "belleza literaria". Un paseo también por las hermosas calles de Madrid , ciudad que adoro aún viviendo como vivo en Barcelona. Es la primera vez que leo a Vargas Llosa y me ha encantado. Una pincelada en plan de "dardo", a su última pareja ( la reina de corazones...dicen). Nada que ver con el resto del librito que es una pequeña joya.


Hay que ser muy buen escritor y muy inteligente para contar tantas cosas en un libro de tan pocas páginas. Escrito en 2020, el libro toma protagonismo tras su separación de Isabel Preysler por una frase ya muy conocida "fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón" y el protagonista se arrepiente de haber dejado a Carmencita, su mujer de toda la vida, por una mujer de la que ya no recuerda su nombre ¿hablaba ya entonces de su relación con Isabel? El autor lo niega, pero esta frase ha puesto el libro de actualidad. Pero más allá de esta reflexión, es mucho lo que cuenta este libro. Nuestro anciano protagonista, un hombre que fue periodista, sale de su casa para manifestarse por el cierre de unos cines en Madrid, cierre que por otra parte parece no importar a casi nadie. Pero cuando va a volver a su casa, no recuerda dónde vive, no lleva anotada su dirección ni ningún teléfono, y deambula por Madrid a la espera de recordar dónde está su casa. A lo largo de ese paseo recuerda su pasado y sus pensamientos son una feroz crítica hacia el mundo contemporáneo. O mejor dicho, hacia el mundo al que nos dirigimos, porque la historia se ubica en un futuro no muy lejano. Desde la nostalgia de un tiempo en el que para él casi todo era mejor, reflexiona sobre la cultura (más bien incultura), de un mundo en el que todo es digital o virtual, la gente ya no va a los museos, ni al cine. Reflexiona sobre política, sexo, vegetarianismo... y con cada tema que toca te va dejando con la boca abierta porque de verdad ves que este futuro que pinta no es tan irreal, a la vez que te conmueves con la situación que está viviendo nuestro narrador en unos años de decadencia del cuerpo y de la mente, en la que podemos vernos reflejados en un futuro más o menos lejano. Recomiendo totalmente la lectura de este libro. Una genialidad. Incluso el título de la obra lo es. Yo no leí el libro por el chisme, sino por la reseña de @marenpergamino así que una vez más ¡Gracias Maren 😀! Leído MARZO 2023


Es un relato tan crudo como la vejez ha de ser, o es y en la negación propia de mis cuarenta y muchos todavía no quiero admitir como unas realidad que está delante de mis días por venir. ¿Que si me gustó? –No es para que te guste, me dije. Es lo que es, porque así también es la vida real. Entonces fue como una cachetada de realidad (un derechazo, mejor dicho). Con todo, me hizo reír y poner los ojos en blanco, pensando en que un día seré yo la que esté repitiendo, sin saber, lo que acabo de deciry negando lo que acabo de afirmar... ¿Quien sabe?


He llegado a la conclusión de que sin yo saberlo soy la protagonista de un cuento de Vargas Llosa. Normalmente los personajes de ficción viven a oscuras, sin saber que son personajes hasta que les abren los ojos. Sospecho que soy como el pánfilo de "El Show de Truman" (una peli de hace una eternidad así que mirar en "San Google"). Soy la versión femenina de este cuento. Como prueba esta la reseña de esta semana en la que lloriqueaba por lo que me gustan las cartas ( y ya nunca recibiré 😢), las Bibliotecas (aunque tengan fantasmas), los libros en papel con su aroma particular, incluso tenía un caleidoscopio de pequeña!!! Soy clavadita al de este cuento. Seré una vieja amargada (espero que con menos flatulencias) llamando a su último amigo vivo para comprobar si la "palmó" por la noche. Esto me fastidia porque además de no ser una imagen muy halagüeña de mi futuro a largo plazo, me habría gustado descubrirme protagonista en un libro de aventuras, de CF, de humor, hasta de uno erótico (abstenerse soso-angustias como el de "50 Sombras de Grey"🤢🤮) pero no, aquí estoy atrapada con Vargas Llosa... 😱 Esto me pasa por hacer caso a @marenpergamino y leerlo, ahora tengo que replantearme toda mi existencia y la realidad incluso... He de reconocer que el cuento está muy bien escrito y detalla los padecimientos de envejecer con una sinceridad dolorosa. Es triste el librito, pero peor sería vivir con Isabel Preysler, digo yo.


¡Qué bien escrito está este cuento de apenas 50 páginas! Es conmovedor por la edad avanzada del personaje y más aún sabiendo que el autor del libro ya está en sus noventas y con plena lucidez para escribir, para pensar y para sentir. Nos muestra una posible perspectiva del futuro de nuestra sociedad después de 3 ó 4 generaciones, bastante posible en muchos aspectos. Me gusta mucho la forma en la que describe los sentimientos y los pensamientos de una persona al final de su vida, lúcida a pesar de que tenga su primer brote de pérdida importante de memoria.


Vargas Llosa se mueve entre la ficción y el ensayo en este relato largo. Los vientos, es decir, los pedos del protagonista, que es un alter ego del autor, narra desde ultratumba parte de su existencia y diserta sobre este mundo moderno y dizque digital, sobre la desaparición de la cultura y el cambio de la ideología hacia el pragmatismo departe del público en general y, de los partidos políticos en particular. Analiza la economía de mercado frente a la fantasía del socialismo, la pérdida de la libertad, la masiva migración hacia el Internet, la caída de las ideologías, la falta de causas por las cuales luchar, los grandes progresos de la medicina que extienden estas miserables existencias, las caídas de las iglesias (católica, protestante, islamismo, budismo) y el miserable canje hacia los estafadores santones y chamanes, la vida moderna en la moderna Madrid y sus actuales retos. Vargas Llosa es un maestro de la pluma y en este relato, que navega entre su columna en el País (Piedra de toque) y la ficción, logra atraer la atención del lector, puesto que se lee de un tirón. Obviamente que está lejos de sus páginas de la juventud, pero nada mal para un anciano a sus sólidos 84 años, además, el relato respira ánimo conservador y de derechas que estuvo siempre agazapado en el corazón del autor. Hay un par de líneas muy comentadas en donde supuestamente Vargas Llosa reniega de su affaire con Isabel Preysler lo cual dudo, puesto que Los vientos está fechada 15/12/2020. MVLl recién mandaría al diablo a la filipina a fines del año pasado porque no pintaba bien en la ultraconservadora academia francesa en donde se fotografía con Patricia Llosa y sus hijos. Vale la pena darle una leída. Entretiene e ilustra.


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FRASES DEL LIBRO LOS VIENTOS

A la gente le gustaba la Iglesia porque no se parecía a la vida, a la sociedad tal cual es, porque representaba lo contrario de la existencia en el siglo. Dentro de la Iglesia uno se sentía ya en el otro mundo, un territorio muy distanciado del de la rutina cotidiana.


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Publicado pordaniela27